lunes, 31 de diciembre de 2007

2008, ¿y la Odisea pa' cuándo?

Y bueno, aquí estoy por primera vez felicitando el año nuevo gregoriano por Internet. Estoy en un cíber, rodeado de gente que ni conozco ni quiero conocer. A mi izquierda hay un antiguo compañero de mi colegio que parece no haber reparado en mí. No le voy a saludar.
El hijo del dependiente, hoy sin el gorrito de South Park, sigue haciendo el subnormal, como siempre.
Corrijo, se acaba de poner el gorrito, y mi amigo, al irse, me ha visto y me ha saludado. La situación ha cambiado, como la fecha en el calendario.
Y además bisiesto, un día más de sufrimiento.
Pues eso, cuestión, que me dirijo a vosotros, como hiciera el Rey, para desear una feliz enntrada y salida, a todos los contribuyentes y lectores de este blog, puesto que el resto del mundo me importa bastante poco.
Y, como hiciera el hermano del Fiscal, os deseo que no os atragantéis con los seis chupitos de vodka la suerte.

Shallom alleykhem!

lunes, 24 de diciembre de 2007

Tambore, tambores, tambores en el abismo [...]

[...] Hemos atrancado las puertas. Ya vienen. Ya vienen.
-Palabras de Gandalf refiriéndose a las Navidades.
La Navidad es esa época del año en la que el fantasma de su tumba y se dedica a matar.
Por eso cantamos billancicos para que se vuelva a dormir.
-Peter Griffin, sobre la Navidad.


La Navidad ya está con nosotros, y debemos hacerle frente con el mayor valor posible.
Hace poco más de 2000 años, una mujer cuyo marido era impotente decidió tomar el toro por los cuernos y someterse a la fecundación in vitro. La operación funcionó, pero se perdieron los manuscritos que hablaban de cómo se llevaba a término esta práctica médica en la Antigüedad.
Por supuesto, este triumfo de la ciencia no es razón para que cada año tengamos que soportar interminables comidas con tu´tío zángano, tu abuela speedica, el restaurante chino en el que venden sushi, y demás mierdas como una familia que sólo se preocupa de ti cada Navidad... ¡y es la rica!
Y bueno, aunque no lo parezca, estas fiestas me emocionan y por eso, desde el exilio (por culpa de cierto tío zángano) os desearé felices fiestas, dentro de lo que cabe, y que los trolls de las cavernas navideñas no os apuren, total, sólo son unas semanas de intensa agonía.